El último día nos quedamos con la aparición
del ruido en este sistema de comunicaciones vía radio que estamos intentando
reinventar. Y es que hay fuentes naturales y artificiales de radiación
electromagnética que nuestro receptor detecta y que dificultan la recepción de
la señal principal.
Para que se produzca radiación electromagnética,
simplemente lo que debe haber son cargas eléctricas aceleradas. Por lo tanto, podemos
clasificar las fuentes de ruido del siguiente modo:
- De origen humano. Por ejemplo, la chispa que produce el motor de explosión.
- De origen natural. Por ejemplo, los rayos de las tormentas.
- De origen extraterrestre. Por ejemplo, las descargas de Ío, satélite de Júpiter, que genera fuerte radiación electromagnética en torno a los 20 MHz.
A partir de ahora, para dar viabilidad a
un enlace de comunicaciones vía radio, el ruido va a jugar un papel muy
relevante en nuestro diseño. Para resolver el problema que nos introduce, vamos
a tener que saber qué ruido hay donde coloquemos el receptor (a través de mapas
de ruido) y también cuánta señal necesitaremos por encima de él. Esto nos permitirá
obtener la MSD:
SNR: señal relación a ruido
Vn: tensión eficaz de ruido
Vs=MSD: mínima señal detectable
Con la MSD, ya sabremos cuál es la
potencia que tendremos que recibir en la resistencia que colocamos en el
receptor:
que ha de corresponder con la ecuación que
obtuvimos el otro día para cuantificar la potencia recibida:
Esta ecuación es la que nos dirá si, en
función del tipo de antena, de la distancia, etc., el canal de comunicaciones vía
radio es viable o no.
Finalmente, para acabar la clase, lo que hemos visto son tres mecanismos que resuelven el problema de no tener visualización directa
en una comunicación vía radio entre dos puntos separados por una distancia y
que, por lo tanto, se ve afectada por la curvatura de la Tierra
Mecanismo 1: Hacer que aumentamos el radio
de la Tierra elevando el transmisor, el receptor, o ambos. La ecuación que
rige es:
Mecanismo 2: Utilizar el fenómeno natural
de refracción que produce la ionosfera (es como si hiciera de espejo). Las
frecuencias susceptibles de este mecanismo van de 2 a 30 MHz. Durante el día,
es mejor utilizar frecuencias superiores a los 10 MHz, y por la noche,
frecuencias inferiores.
Mecanismo 3: Consiste en transmitir con
polarización vertical y en frecuencias muy bajas, por debajo de 2 MHz. Además se
necesita un terreno húmedo y muy plano. De este modo, la superficie de la
Tierra actúa como una guía de ondas, de manera que ya no rigen las leyes de propagación
punto a punto, sino que se establece una onda que se va atenuando, pero que
sigue la curvatura de la tierra. Este es
el mecanismo que se utiliza para las comunicaciones en onda media durante el
día. Por la noche, debido a que la capa
más baja de la ionosfera desaparece por completo, podemos encontrar que, a
estas frecuencias, también funciona la propagación ionosférica. Este provoca que,
a veces, señales de otros países lleguen al nuestro y encontremos dos
señales diferentes que comparten la misma frecuencia (esto es debido a que cada estado asigna
de manera diferente el espacio radioeléctrico).
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