Finalmente,
para acabar de completar el diseño de nuestro receptor OM, solo nos queda
explicar una última etapa: la etapa de audio. Y que consistirá hacer posible la
conexión de un altavoz al circuito que tenemos hasta el momento.
Un altavoz
es un transductor electroacústico igual que el micrófono, pero que a diferencia
de este realiza la operación inversa, es decir transforma señales eléctricas en
ondas acústicas que dan origen al sonido.
En un
altavoz tenemos los siguientes elementos: un imán fijo, un diafragma que es una
simple membrana plástica y, pegado a la membrana, una bobina devanada sobre un
cilindro y que se puede mover. El devanado está insertado en el imán.
Y su
funcionamiento es el siguiente: cuando la corriente que proviene del amplificador
(luego veremos por qué) atraviesa el grupo de espiras, se produce un campo
magnético variable. Este campo magnético reacciona ante el otro campo magnético
permanente que produce el imán de tal manera que se genera una fuerza de repulsión
(o de atracción, según las polaridades que tengamos en los imanes) sobre el
devanado. Al cambiar la dirección de la corriente eléctrica del devanado
cambiamos la dirección de esa fuerza. El devanado va hacia un lado cuando la
corriente eléctrica va hacia una dirección y hacia el contrario cuando la
corriente cambia. Como el devanado está acoplado al diafragma, cuando uno se
mueve, el otro también.
Este
desplazamiento hacia delante y hacia atrás del diafragma, desplaza también, a
su vez, al aire, generando una vibración. Como la corriente que pasa por
el devanado es la representación eléctrica del sonido que queremos reproducir,
los cambios de presión del aire que se producen al mover el diafragma, se
corresponden a ese sonido.
Una vez se
generada la onda acústica (u onda sonora), esta se propaga y llega a nuestro
tímpano donde provoca un movimiento análogo al que se producía en el diafragma
del altavoz. Este movimiento del tímpano genera un impulso nervioso en nuestro
cerebro y este lo interpreta como la audición.
Nota 1: Se denomina electroimán al tipo de
imán cuyo campo magnético se produce mediante el flujo de una corriente
eléctrica, desapareciendo en cuanto cesa dicha corriente.
Nota 2: Nuestro tímpano tiene sensibilidad
para ondas sonoras cuyas frecuencias están entre los 20 Hz y los 20 kHz. Fuera
de ese rango, nuestro oído no percibe nada.
Des del punto de vista circuital, como lo
que hacemos es transformar energía (en este caso de eléctrica a acústica), lo
que modela ese circuito es una resistencia. Es verdad que, para producir esta
transducción de energía, se supone que hay una bobina, pero a las frecuencias a
las que trabaja el dispositivo, la impedancia L2πf << RL. Y,
por lo tanto, aproximadamente, en el rango de frecuencias de audio, este dispositivo
se puede modelar como una simple resistencia.
El valor de esta resistencia o bien es de
8 Ohm (lo más habitual), o bien es de 4 Ohm. Si miniaturizamos el altavoz,
tenemos los denominados auriculares y, para este caso, la resistencia es de 32
Ohms.
Para poder escuchar adecuadamente los
sonidos que produce el altavoz (sonorizar una sala), necesitamos transferirle
una potencia mínima que viene definida por la ecuación:
Y que ha de ser mayor que el nivel de
potencia de ruido que tengamos en dicha sala.
Por lo tanto, a partir de la ecuación
vemos que, para lograr una potencia mínima, necesitaremos un nivel de tensión específico.
Como el nivel de tensión que hay a la salida de nuestro detector de envolvente
es bajo (en torno a los 300 mV), necesitaremos amplificar la señal. Para ello
utilizaremos el Amplificador Operacional TL081. Sin embargo, el problema de
utilizar A0s es que tienen limitada la corriente a través del terminal de
salida. Para el TL081 mod(I0) < 30 mA. De esta forma:
Por lo tanto, si no se quiere superar esta
cota que nos proporciona el fabricante para que el AO opere bien, obtendríamos
una PL=3,6 mW, que sería insuficiente para sonorizar bien la sala*.
Nota 3*: Para una sala como la clase en la
que damos teoría, si nos mantenemos en silencio, necesitaríamos unos 60 mW de
potencia.
Nota 4: A las resistencias que configuran
la amplificación del AO como Amplificación=1+R2/R1, le
vamos a dar valores de las decenas de kOhms, para que la fracción de corriente
de I0 que se vaya por R2 sea despreciable frente a la que
se vaya por el resistor RL=8 Ohm. Y, por lo tanto, no extraer a
penas corriente del terminal de salida del AO y tenerla toda disponible para lo
que conectemos a la salida (el altavoz).
Haciendo cálculos de R> mod(V0)/30mA,
para diferentes valores de Vcc, obtenemos:
Es decir, polarizando simétricamente a 4.5
V, para conseguir una potencia en torno a los 60 mW (cumpliendo la limitación
del AO), necesitaríamos colocar una resistencia de RL=150 Ohm. Pero,
como sabemos, no existen altavoces de 150 Ohm. Es por esta razón que
necesitamos un transformador:
Con los siguientes criterios de diseño:
Nota 5: para hacer L12πf >>>
(N1/N2)2·8, L1 ha de ser muy
elevada y eso solo se puede a base de muchas espiras (mucho cobre) y un núcleo
ferromagnético muy alto (2º criterio de diseño). Los problemas que nos encontramos son
que es caro y que se hace imposible la miniaturización.
Como
RL=150 Ohm-> N1/N2=5 aproximadamente.
Y cogeremos N1= 500 espiras y N2= 100 espiras.
Además como nosotros lo que realmente tendremos
es un AO polarizado asimétricamente (+9V), deberemos colocar un condensador en
serie con R1 para que no se nos modifique la continua que tenemos (aproximadamente
4.5V), tal y como hacíamos en el AO de la etapa separadora. De esta forma, a la
salida seguimos teniendo los 4.5 V y nos podemos permitir una excursión de 4.5V
(9V-4.5V). Y como hemos visto antes, con la excursión de 4.5V, y colocando una
resistencia de 150 Ohm, no superaremos los 30 mA que tiene de limitación el AO.
Pero falta un último detalle: no podemos permitir
que la tensión continua de 4,5 V llegue a la resistencia RL=150 Ohm que
representa al altavoz. Es decir, hemos de bloquear la tensión continua para que
al transformador solo llegue la sinusoide. Porque si no, lo que ocurriría es
que la inductancia cortocircuitaría el AO. Por lo tanto, eliminaremos la
componente continua poniendo un condensador C2 a la salida del
amplificador y la tensión V0 quedará centrada en 0 V.
Resumiendo, nuestra etapa de audio quedará
de la siguiente forma:
Nota 6: la amplificación que
necesitaremos, para tener V0=4.5 V irá de 1 a 20 (dependiendo los de
la tensión que recuperemos en el detector de envolvente).
Una posible implementación de estas 2 últimas
etapas que hemos diseñado sería la siguiente:
Y vemos que, si hacemos R2 ajustable,
tendremos un control de volumen, ya que permitirá que Vo sea de
mayor o menor amplitud y, por lo tanto, que podamos dosificar la potencia que
llega al altavoz.
Con todo esto, ya hemos finalizado
nuestro receptor de OM.
Hace 7 semanas, cuando el profesor nos
dijo que este circuito representaba un receptor de radio, no teníamos idea
alguna de qué función podía desempeñar cada componente. Es más, parecía cosa de
magia que “eso” realmente funcionara y se escuchara voz.
Después de este periodo de tiempo, hemos
podido comprobar que detrás de este dispositivo electrónico hay mucha ciencia y todo está muy, muy pensado.
Nos no mentía José M. Miguel cuando nos decía que el diseño de radio receptores
podía llegar a ser un tema de amplio espectro. Sin embargo, a pesar de que se
necesita tiempo y dedicación para llegar a comprender todo en su totalidad, en
el camino se aprende mucho y la verdad es que llega a ser fascinante.
Nada más que decir. ¡Hemos acabado nuestro
primer gran experimento!
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